miércoles, 17 de octubre de 2012


Hoy desperté y tenía olor a vos en mis hombros, 
entonces me sonreí entre sueños y ahora me cuesta entender si fue real.
Hoy escuché discos grabados sin nombre, 
y encontré uno que me grabaste hace años, y dolió...
Hoy estoy nublada, y todavía no entiendo si sigo durmiendo, 
pienso en tu patio... ella también caminará descalza?

lunes, 27 de agosto de 2012

Quedo mirando el humo que sube desde mi taza de té… 
sabiendo que me mirás desde tu silla. Parece que te diste cuenta de mi pausa. Yo no. 
Creí que se había detenido el tiempo, pero con tu silencio me doy cuenta que la que se detuvo fui yo….
Tiesa, busco frases divertidas que haya escuchado por ahí, algo que pueda interrumpir tu aliento antes de que tenga sonido… sigo mirando la taza. 
Ya es tarde me parece, pasó mucho tiempo sin que diga nada y sería ridículo no asumirlo.
¿Pasó mucho tiempo?
No necesito mirarte para saber con qué ojos de curiosidad me estás analizando, cierro los míos y medio sonrío respondiendo a esa cara que veo sin ver.
Todos mis sentidos están en esa mano tuya casualmente apoyada en mi pierna. El resto de nosotros se esmerila en un reflejo que tiembla.

miércoles, 13 de junio de 2012


Cuando el enojo pasa,
Y la frustración se acuesta a dormir un rato.
Cuando creo entender algunos sucesos nuestros,
Y te apareces con todo tu perfume, con tus ojos de mejor mirar.
Cuando te veo desde un escaloncito más abajo,
Y suspiro entre tantas ganas de acercarme.
Cuando mis palabras hablan sin pedir permiso,
Y no tienen que ver con lo que quiero que digan.
Cuando mi boca dice que fue lindo verte,
Y adentro soy todo un nudo de vos.
Cuando cambio un llanto por un enojo,
Y palabras por una nausea.
Cuando mi mano se estira para acercarte,
Y siento el alma lejos en algún pasado.
Cuando me reconozco tan triste que me compadezco,
Y pienso en vos como todo un abrazo.
Cuando no tengo más que amor para darte,
Y aprendimos que eso no nos sirve,
Lo único que espero es que me beses los ojos y saques del sueño*


No encuentro otra forma que escribirte, una carta más. 
No hay mayor sinceridad para nosotros, que la idea de una carta que no llega. Y sigo hablando de nosotros, porque sabemos que sería absurdo decir que eso, desaparece. Pensar que no existe un “nuestro” más allá de vos y yo. Como siempre sostuvimos... somos tres.
Bajo un poco la cabeza para que las ideas caigan y las lágrimas me dejen ver. Con un vacío lleno de cosas y huecos llenos de vacíos e ideas.
Te me aparecés, aunque no lo sepas.
En momentos perturbadoramente sorpresivos, asoma algún recuerdo que no tenía, mostrándome algo que no sabía que viví.
Esa melodía que no paro de escuchar una y otra vez, fluye perfectamente con una parte mía, que te llama desde algún lado donde no estoy.
Porque estoy triste de vos, llena de yo, irreconociblemente experta en esta ausencia.
Putas palabras que no saben escribir el temblor de mi nuca y lo desprotegida que me siento cuando no encuentro forma de abrazarme adentro.
En medio del sueño, te siento llegar, mi mano se abre y mis dedos se acomodan generosamente a los tuyos. Se me fue craquelando el alma de no tenerte. Entre dormida y distraída puedo oír que no estás conmigo.*

Cuando estoy enojada, o enferma. Cuando no encuentro como consolarme sin tus manos en mi espalda, te escribo y lloro.
Las lágrimas corren, sin angustia, en un llanto automático hasta que separo las manos del teclado.
Y no dejo de preguntarme si me esperaste hoy, y de qué forma, con qué ropa o anhelos, con qué sustos y alegrías.
Me preocupa que separarnos se haya llevado un poco de mí. Algo quedó allá, abrazado a tu sombra, lejos mío y tuyo. Como si fuera normal, voy por la vida sin reflejitos de sol en la mirada.
Ya convertida en esta mujer que soy, grande y oscura, en mi mejor peor momento, necesitándote tanto y menos que nunca antes. Siendo sola y tuya, como siempre.
Me obligo a tocar fondo, por tocar algo con los pies. Estiro los dedos buscando apoyo, para poder construir algo desde acá abajo, propio, para poder seguir, y no vivir en un mientras tanto, aunque sea solo por sentir sin mucho sentido.
Mañana va a ser otro día, pero lejos tuyo de todas formas*

lunes, 7 de mayo de 2012


Espiando al mundo a través de la ventanilla, desenfoco y me encuentro con mi propia mirada perdida en ideas de vos.
Qué manera de enojarme la mía, quiero que me  quieras, pero no quiero que notes que te quiero... tanto.
Me lastimé, y siento que esas cicatrices titilan como faros rotos. Entonces me mostrás tus manos y yo saco puas a falta de sonrisas.
Si supieras la cantidad de cosas que descubrí que compartimos; te enamorás perdidamente, o te asustás encontrándome.
Lo triste, es pensar que quizás no,  no me descubras a tiempo, o nunca.
Porque te vine a conocer ahora, que soy toda pedacitos de vidrio en un piso de baldosas frías. Restos de algo que se le escapó entre los dedos a otro hombre, al que me entregué con todo el peso que tenía. Y no medí… y fue demasiado.
Resulta que me conozco más de lo que me gustaría, y a vos menos.
Me viniste como justa excusa para no ocuparme de mí, para girar la cabeza de su ausencia a tu boca.
Es impensado que puedas generar tanto en alguien que no te conoce. No te pido que lo elijas, ni te enteres… pero es un hecho*

lunes, 16 de abril de 2012

Como en las películas, me despertó mi voz hablándote,
abrazada a tu lado de la cama, y con media sonrisa.
No entendí porque hoy lloré en el colectivo,
hasta que descubrí la fecha en el calendario.
Aveces parece que te extraño más de lo que pienso,
y mi alma me juega estas malas pasadas.

Yo no quiero quererte más que antes,
ni que estemos tan lejos, irreconocibles.
Quiero que puedas enamorarte, y te enamores,
pero que nunca me confundas con otra.
Me asusta tu olor de sorpresa en una esquina,
o preferir otros ojos para ponerme cómplice.

Te escribo sin que me leas,
con la mirada perdida en vos.
Con la cabeza clara de lágrimas,
y las manos gastadas de no mimarte.

Te pienso con tu garganta áspera y mi cuello suave.
Hoy me gusta no estar enamorada, aunque siempre te ame.
A pesar de que ya no comparta tu mate,
ni este cigarrillo necesario después de un llanto.

Es raro que no sepas ya, quien nace y quien muere en mi vida.
Que no seas quien me pone nerviosa, o me calma.
Es distinto estar tan sola como antes,
y que ya no puedas abandonarme tanto*

domingo, 8 de abril de 2012

Aspiro tus hombros, mi fastidio, las ganas.
Me enredo en tu escape y el abrazo constante.
Abrazame con tus ojos como quieras.
Impune en tu forma, aparecés blando, dulce.
Apretás hasta que duele y te vas así, sucio...
por esa puerta que se me quedó mirando.
Una salida que espero alguien cierre, tape, anule.
Quizás alguien esperado, o ella...
para que pueda enojarme un ratito más.*

domingo, 25 de marzo de 2012

Hasta acá dulce,
Hasta acá está bien, hasta acá tuviste, hasta acá funcionó.
Hasta acá te inventé, te imaginé, te extrañé.
Hasta acá te creí, hasta acá llegué.
No mas suspiros, no tiempos rotos.

Rebalso de viajes hasta vos.
Se caen de mis manos las certezas,
no queda de vos en mi*
Sus ojos de luna punzaron el alma.
Despertó cuando una mano dulce le acariciaba el pensamiento
y entonces entendió.
La acuna el deseo, la pereza dulce, el sueño nuevo.
La cabeza le grita ideas.
Toma por sorpresa su espalda como si le perteneciera,
y de un susto descubre el mundo.*
Aspirás mis hombros, me arrugo...
arrastrame un poquito mas atrás, ahí...
poneme junto con tu recuerdo, una idea de vos.

Bienvenido bienaventurado, tómeme entera que yo disimulo,
abrazame con fuerza: como quieras, como te salga, acá mismo

Concentremos estas ganas, estos sabores,
lo que esconden nuestros cuerpos enredados.

Soberano de mi sentir, explicame por qué, por qué así.
tu voz primero, después mi pecho...los ojos húmedos y me pierdo.
tus manos tan de mi cuerpo, te sonreís todo.

Conozco ese gesto justito antes de que te haga reir.
Somos juntos, nos descubrimos, te tengo*
Hoy te pensé con ella, y el susto me subió a la nuca,
ahí donde te gustaba dejarme besos de regalo,
ahora existen mundos nuevos pero llenos de antes.

Escribo sin pensar otra vez, para sacarte de encima.
Con los ojos llenos de ganas atrapados en este cuerpo vacío.

Nunca pensé que el tiempo podía encontrarnos tan lejos,
tan ajenos a lo que fuimos juntos y separados.
No nos reconozco, y eso duele acá, donde se crece.

Mi vida se llena de estrenos no compartidos,
y pienso que es triste y adulto,
siempre fui una nena mujer, y siempre te gustó,
aunque te quejes, lleno de amor y cigarrillos.

Yo te veo desde acá, no hace falta que me cuentes,
soy medio bruja, medio mentirosa,
pero no te burles, siempre soy mejor*

Como si fuera delito o sacrilegio, me sorprendo desnuda, decidiendo si ocupar o no, tu lado de la cama.
Mi cuerpo es cáscara, vacío y crujiente. Cierro los ojos e imagino calor, abrazo, vida.
Necesito refugiarme en tu ombligo, me enrosco y te juro que no molesto.
En silencio y distraída, me va ganando el sueño. *

Tengo tuyas dos dedicatorias lindas,

unas fotos que no imaginé,
y un momento en hamaca.

Me quedo con unas ganas,
varios pendientes que te comparto
y ese momento tuyo en la playa.

Con vos entiendo mucho y nada,
Me ponés incómoda de mí misma,
No se si pierdo el equilibrio cerca o lejos tuyo.

Te dejo una imagen... esa que elegiste,
una contestación a tiempo,
y dos miradas desafiantes.

Y me quedo inconclusa, como esa melodía tuya que no termina, pero sí.
Y es mi preferida*

viernes, 23 de marzo de 2012

Que me quede ahí, pero me corrés todo el tiempo
soñás que sí, pero que otro

Mordés mi boca, pero muda
querés que yo, pero que otra

Y miro el sol, pero duele
la gente habla, y no dice

Siempre están, hasta que no
yo siempre estuve, y después también

El error de dar lo que deseo,
el amor en los pies y el corazón en los ojos

Si te acercás bien, se me nota
aunque esté borrosa, y ahora rota*

lunes, 19 de marzo de 2012

El día que me dejaste, no lloré...

Compré un puñadito de almendras y seguí caminando.

El día que me dejaste, fruncí la naríz,
te dí un beso en la frente y uno en cada párpado,
te sonreí y me tropecé, me fuí murmurando recuerdos,
y pensando en futuros.

El día que me dejaste, no había nubes,
el cielo estaba pesado... y me pesaba,
no hablé con nadie, llegué a casa y me hice toda un nudo.
El día que me dejaste, me sentí estropeada y linda, como casi nunca...
y te lo perdiste, ya no me veías

El día que me dejaste, canté una canción triste,
El día que me dejaste, cociné para mí,
prendí una vela, un sahumerio, y un cigarrillo.
El día que me dejaste, abrí el vino que compramos juntos y me corté.

No fue grave, pero si profundo.
Me costó trabajo ponerme la curita sola,
y me llevó tiempo curarme.

Y vos no lo viste, y ahora no hay rastros de la cicatríz.... ya hay partes de mí que no ves, ya pasó, ya no me conocés.
No supiste de mi curita con dibujitos, no sabés que me curé.

Y yo veo mi dedo y lo descubro. Y exploro y busco y no queda nada...
Vos no estuviste, no lo viste... y ya pasó.

Desde el día que me dejaste ya me curé del todo,
y vos todavía me hacés doler*
Cuando pienso un poco en nada y logro despegarme, si suspiro aliviada porque te suelto un poco... te me aparecés y una imagen fija me asalta. Ese gesto tuyo de media sonrisa, de ojos especiales cuando me ven entrar en el lugar, cuando me invitan al juego sin preguntarme.
Un instante es, como un soplido me arrastra. Me levanto como puedo, desarmada de piezas y autoestima, destruyendo todo lo que había podido construir sin vos, que no es mucho pero cuesta.
Y quedo temblando como en un espejismo, desconfiada de mí*
Estaba pensando... sería una picardía que no nos encontráramos.
Un error del destino de esos que en las películas son simpáticos, una peripecia anecdótica que no me oprime el pecho porque sé el final. Con nosotros no, no lo sé...y me encanta pero no.
Pero las cintas se mezclaron, con diálogos cruzados y desordenados, con cámaras demasiado rápidas o lentas, de atrás para delante o con la cabeza donde están mis pies...o mis hormonas.
Y no conocí a nadie que me pusiera más alerta que vos, con la respiración en los poros y los ojos encandilados.
Te agradezco...pero no*
Soñé con vos anoche. Ya te dije que solo se puede terminar mal cuando los dos hacemos tanta fuerza para que nada empiece.
No encuentro ninguna palabra que te calce, ninguna te queda, yo no te quedo.
Y te callé la boca usando la mía, como un susto.
Los dos sabemos que tendría que estar en otro lado. ¿Y si no es en tu cama, ni en tu abrazo, ni en mi sueño? *
Sin entender me escondo, dudo si pegarte o besarte, con las manos atadas y la boca loca, te grito y nos aturdo.
Guardo el miedo en la taza grande que me regalaste y me lo tomo de a sorbitos.
Pienso y pienso mientras el agua corre, me recorre sin darme cuenta, ¿Dónde estás?
Me escucho susurrando plegarias para que la ducha se lleve todo, lo que pica y molesta, lo que pinchaste en mi.
Me duelen los ojos llenos de agua adentro y afuera, dejaste mi panza llena de besos y mi pelo enmarañado.
No entendés, y yo te culpo.
El cuerpo, y el aire se me traban en algún lugar donde los pierdo y no los encuentro más.
Aprieto los párpados, las muelas, los puños, respiro profundo haciendo fuerza pero no, quiero despertarme, y ya estoy despierta.*
Rodeada de fantasmas de otros que me inventé, aturdida por tu falta de besos y deseando que vuelvas... pero no, nunca.
En distintos tiempos y dimensiones alejadas con otros idiomas, paisajes y vuelos.
Con algunas heridas en la garganta, loca ya de pensarte y no tanto, muerdo mi idea de vos.
Te desmenuzo y aparece tu imagen sin filtro, mirándome desde otro espacio.
Entonces me dejás sin saber qué decir... me robás palabras y ya no escribo, y te agradezco... pero sin quererte tanto*
Llegaste con la impunidad de quien es dueño del lugar y te acomodaste en mi pecho como en casa.
Cuando cierro ojos...los míos, y espero tu mirada punzante en la nuca vos sabés bien de qué se trata. Mimos atrasados de noches pendientes.*
Un rayo de sol en mis ojos y me doy cuenta que se ponen del mismo color que los tuyos a la sombra.
¿Eso es ser complementarios?*

jueves, 1 de marzo de 2012

Evoco tu boca, no cualquiera... la tuya, la maleducada.

Después te pido que me abraces pero usando otras palabras muy mías, casi opuestas.

Y vos me pedís que hable tu idioma, y yo que no...que no elijo cuando entenderte.

Los dos quedamos ahí, mirándonos esmerilados de arriba a abajo, amenazantes.
Entonces me preguntás cómo estoy, con esa mano tuya que no me suelta y no me deja concentrar. Yo pienso mil cosas y no te digo ni una. Me brillan los ojos de bronca, de amor, de entender y conocernos y te digo que "si" con la cabeza y que "bien" con la boca, y te regalo de propina esa media sonrisa desafiante que me sale tan bien y que, creo... aprendí de vos.*