Amordazada de besos que no me das,
trabajo en miradas reveladoras que te adviertan sobre ésta mujer que se come
las ganas de pertenecerte.
Abrazo todo lo que te quiero y lo guardo
conmigo como combustible de amor a mí misma. Para no convertirte en lo que
llegaron a ser otros, porque no quiero que me peses, sino que sigas siendo
impulso y esperanza de que en este mundo tan ensordecedor hay personas que
cobijan y son capaces de cambiarlo todo.