lunes, 16 de abril de 2012

Como en las películas, me despertó mi voz hablándote,
abrazada a tu lado de la cama, y con media sonrisa.
No entendí porque hoy lloré en el colectivo,
hasta que descubrí la fecha en el calendario.
Aveces parece que te extraño más de lo que pienso,
y mi alma me juega estas malas pasadas.

Yo no quiero quererte más que antes,
ni que estemos tan lejos, irreconocibles.
Quiero que puedas enamorarte, y te enamores,
pero que nunca me confundas con otra.
Me asusta tu olor de sorpresa en una esquina,
o preferir otros ojos para ponerme cómplice.

Te escribo sin que me leas,
con la mirada perdida en vos.
Con la cabeza clara de lágrimas,
y las manos gastadas de no mimarte.

Te pienso con tu garganta áspera y mi cuello suave.
Hoy me gusta no estar enamorada, aunque siempre te ame.
A pesar de que ya no comparta tu mate,
ni este cigarrillo necesario después de un llanto.

Es raro que no sepas ya, quien nace y quien muere en mi vida.
Que no seas quien me pone nerviosa, o me calma.
Es distinto estar tan sola como antes,
y que ya no puedas abandonarme tanto*

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