miércoles, 6 de marzo de 2013

Repleta de frustraciones te escribo para no decirlo. Porque inoportunamente nos conocemos hoy con vidas armadas que no incluyen un nosotros.
Amordazada de besos que no me das, trabajo en miradas reveladoras que te adviertan sobre ésta mujer que se come las ganas de pertenecerte.
Abrazo todo lo que te quiero y lo guardo conmigo como combustible de amor a mí misma. Para no convertirte en lo que llegaron a ser otros, porque no quiero que me peses, sino que sigas siendo impulso y esperanza de que en este mundo tan ensordecedor hay personas que cobijan y son capaces de cambiarlo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario